El nacimiento de un ser humano es un evento significativo y digno de admirarse para quienes lo han deseado, es la oportunidad para empezar un nuevo proyecto de vida o darle continuidad a uno existente y cuyo objetivo principal, quiero pensarlo, es la formación de un humano potencialmente exitoso. Para lograr dicho objetivo, nuestro progenitores harán hasta lo imposible por darnos lo "mejor", protegiéndonos durante los primeros años de vida, satisfaciendo nuestras necesidades básicas y, posteriormente, apoyándonos para recibir "la mejor educación".
Durante nuestro proceso formativo recibiremos las órdenes que tendremos que obedecer. Se establecerán reglas, los "tienes que" ( de aquí en adelante los "teneres") y todos los deberes impuestos que habremos de obedecer por "nuestro bien" (como comúnmente se dice), que irán incrementando conforme interactuemos en sociedad. Padres, cualquier tipo de institución, familiares, consejeros, amigos, etc. serán la fuente o causa principal de los "teneres".
Gran parte de nuestra existencia la pasaremos obedeciendo, cumpliendo con los "teneres" y olvidando nuestros verdaderos deberes. Todo estará permitido pero no todo me convendrá, no obstante, lo único que valdrá la pena hacer, será obedecer a nuestro SER.
Aquí reside una parte de la desobediencia consciente; esucho mi SER a pesar de mis "teneres".
Un hombre trabajador le comenta a un maestro como hacer para liberarse de sus "teneres" a lo que el maestro le responde:
"
Del mismo modo que el pez perece en tierra firme, así también pereces
tú cuando te dejas enredar en el mundo. El pez necesita volver al agua y
tú necesitas volver a la soledad"
¿Debo pues, renunciar a mis "teneres" e ingresar a un monasterio?
"No, nada de eso, sigue con tus "teneres" y entra en tu corazón"
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