Tendencias en el mercado y consumo de productos pesqueros a nivel mundial y posibles causas del fraude en su comercialización

La dinámica de un mercado se puede comprender partiendo de dos factores: la oferta y la demanda. En este caso, nos referiremos al mercado como un ambiente favorable para el intercambio de bienes o servicios, conformado principalmente por consumidores o compradores potenciales.


El mercado de productos pesqueros está condicionado por factores que determinan su estabilidad. En 2009, en respuesta a la contracción económica general que afectó a la confianza de los consumidores en los principales mercados, el comercio se redujo un 6% frente a 2008 en términos de valor como los precios y los márgenes de beneficio (FAO, 2012b). 


Para el 2011 se reportó un caso en los productos pesqueros, en que según la FAO los importadores, procesadores y minoristas de los mercados de importación, disminuyeron las compras y estuvieron menos dispuestos a concertar o aceptar contratos a largo plazo. En otros términos, la demanda de productos pesqueros en el 2011 disminuyó, por tanto, el intercambio de bienes y servicios no resultó redituable. En ese mismos año, las perspectivas para el 2012 resultaban inciertas, sin embargo se registraron aumentos en la demanda de productos (Tabla 1), lo cual generó un impulso en producciones nacionales y regionales (FAO, 2011).



En otro informe publicado en mayo del 2012, se informó sobre una demanda sostenida de productos pesqueros y pescado, explicada debido a un incremento en el consumo medio per cápita, de 1.1% en 2011 a un posible 2.6% para el 2012, hasta lograr alcanzar un consumo de 19.2 kg por año, enfatizando que la mayor parte del incremento en la demanda es compensada por la producción de la actividad acuícola (FAO, 2012b).


"En el 2012, el comercio internacional debería aumentar en un 9.4%. Lo que supone una desaceleración en comparación con el crecimiento registrado en el 2011. En los tres últimos trimestres los precios han subido, especialmente para las especies de captura, tales como el atún, arenque y la caballa. Los precios del pescado cultivado han sido variados: los del salmón han bajado con respecto a 2011. El año pasado el índice de la FAO, para los precios del pescado aumentó un 12.4%, y se prevé que seguirá aumentando" (FAO, 2012b). 


La constante demanda, las políticas de liberalización del comercio, la globalización de los sistemas alimentarios y las innovaciones tecnológicas han fomentado el incremento general del comercio pesquero internacional (FAO, 2012b).
Otro reporte publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a principios del 2012, respecto a "Patrones y tendencias de consumo de alimentos a nivel regional y global", menciona que el desarrollo económico de un país está acompañado por las mejoras en el suministro de alimentos, que tiene como consecuencia cambios en su producción, procesado, distribución y mercadeo. 


En gran parte, las prácticas comerciales reguladas por estándares de calidad es un factor implícito de estos cambios, ya que forman parte del proceso de mejora económica; esto genera, en el mejor de los casos, que los productos o bienes implicados en la dinámica de intercambio, sean accesibles y confiables para su consumo.
Sin embargo, la práctica comercial debe complementarse con un consumo inteligente, es decir, "tomar decisiones cada vez que elegimos un producto, un servicio, una idea o un valor, atendiendo nuestras necesidades personales, biológicas, familiares y comunitarias" (Secretaría de Economía, 2010). Así como también, considerar la incorporación de estrategias de conservación marina en la conducta de los que forman parte de la cadena de suministros de productos pesqueros. Así, Kaiser y Edward-Jones (2006) mencionan que, "ninguno de estos cambios podrán ocurrir sin un compromiso constructivo del gobierno, los minoristas y la industria pesquera". 


Las perspectivas de demandas futuras expuestas por la FAO en el mercado de productos pesqueros, dan pauta para seguir ejerciendo presión tanto para actividades de producción acuícola como actividades de captura de peces con valor comercial. Según Jacquet y Pauly (2008) "el incremento en la demanda de productos trae consigo dos problemas: el renombrado y el etiquetado falso de los productos. Por otra parte, la escasez de recursos, el potencial en la obtención de mayores ganancias, y una legislación deficiente, son otros causas por las cuales se ejerce el etiquetado incorrecto, teniendo como resultados, perdidas para el consumidor, la subversión del eco-mercadeo, degradación de recursos pesqueros, e incluso efectos sobre la salud humana".


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